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Domingo 27, marzo

Escribo, después de haber tenido una hermosa semana. Una semana donde me sentí más libre, libre de la rutina y de las preocupaciones habituales. Libre de mí misma, porque olvidé mis inseguridades. Olvidé esos pensamientos que permito que me atormenten. Olvidé los pensamientos que a veces me parecen insignificantes, pero que hago importantes. Y ahora, se que tengo que seguir trabajando en mí. No crean que no pensaba en eso, realmente hace meses he querido iniciar cosas que sé que me van a servir para ayudar a mi persona. Quiero y necesito sentirme así, al menos la mayoría del tiempo.

Ayeres

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Es magnífico cómo funciona la vida. Los lugares se quedan, las personas y el tiempo se mueven. Las personas y el tiempo crean instantes, crean recuerdos y transforman el paisaje. De repente, me encuentro enfrente de lo que solía ser la casa de mis abuelos, donde mi mamá vivió una parte de su vida.  Estoy en el lugar donde seguramente mi mamá caminaba para ir a una tiendita que se encuentra al otro extremo. Estoy en el lugar donde mi mamá solía posar para admirar el atardecer. Pero ahora, este lugar ha cambiado; ya no es un espacio baldío. Ahora es un lugar con más propósito, con más vida. Este lugar dejó de ser baldío, para ser un espacio de recreación; niños y jóvenes disfrutan de la disciplina que desarrollan con el boxeo. Hombres y mujeres deján atrás su día atareado, para entregarse a partidos de fútbol o tochito. Es un lugar con más ritmo; un lugar de alivio, desestrés, diversión, entretenimiento y bienestar. El lugar se ha transformado. De alguna forma ha crecido, como lo hac...

¿La vida pasa en un suspiro?

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Cada vez que pasan los años, surgen nuevas situaciones. Situaciones inesperadas, situaciones predecibles.  A veces suceden cosas que nunca creías que te pasarían o que le pasarían a las personas de tu alrededor. Y cuando se presentan, te dejan pensando. Te dejan pensando si había cierta forma de evitarlo. Quizás la había, quizás no.  Independientemente de la conversión, esta pasando y estamos aquí. Estamos aquí para afrontarlo, para actuar y generar cierta experiencia. Experiencia que no buscábamos, pero que nos hace crecer, nos hace entender la vida de la manera que no conocíamos.

Tortura.

Cuando eres tu propia tortura. Sí, aquellas veces que atraviesa ciertas situaciones, que te hacen reflexionar, te hacen pensar un sin fin de opciones o alternativas. Te hacen pensar qué es correcto y qué no. Si algo es válido de sentir o no. Y te quedas ahí, tratando de solucionar el conflicto que acabas de crear en tu cabeza. Buscas respuestas, pero a veces no hay algo indicado o estandarizado.  Sólo queda aprender de las acciones, decisiones y consecuencias que cargaremos en nuestro ser. Sí, de esa manera crece nuestro ser. ¿Será esa la razón de atravesar tanta confusión? ¿Es esa la razón de la abrumación? Al menos quedémonos con eso. 

Sin título.

Tengo todo en la vida, menos a mí misma. Espero reencontrarme, quererme y cuidarme.  Todo estará bien. 

Tumba de citas, abstractas.

Citas. No, no las que tienes en mente, si no las frases que se apegan a las diversas situaciones de la vida diaria.  ¿Han pensando en todas aquellas citas que se han perdido, debido a la espontaneidad de los momentos? ¿Cuántas oraciones se nos han ido porque en el instante no nos damos cuenta de lo perfecto que encajan las palabras originadas de la experiencia vivida? Es de reconocer, que no se necesita ser un experto en escritura o lo que conlleva, para crear lo que pudieran ser citas perfectas. Enunciados merecidos de recordar y compartir con los demás. Enunciados que se pierden y quedan varados de manera abstracta, en nuestra mente. ...

Umbral del Conticinio.

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Cuando es de noche, hay tiempo. Quizá no para realizar actividades que haríamos con luz de día, pero sí para nosotros, por más mínimo que sea.  Llega un momento de reflexión, de ver nuestra vida como espectadores de la misma. Es donde surgen los sentimientos profundos y complejos, traducidos en miles de pensamientos. Y estás solo tú, para comprenderlos. Tratas de atenderlos y expresarlos de alguna manera. Cada quién lo hace diferente. Algunos escribimos, aunque no sea realmente nuestro fuerte, e incluso, aunque no tengamos intención de que llegue a un lector. Usamos lo que nos sirve, lo que nos sirve para recibir un poco de calma, entendimiento y silencio, a la mente sobrecargada. Bienvenido sea el umbral del conticinio.